viernes, 2 de julio de 2021

¿Y si no hubiera habido Guerra Civil en España?

A principios del verano de 1936, solo había dos posibilidades de evitar la inminente guerra civil : que triunfara el golpe militar de Franco o que la República aplastase la sublevación.

¿Fue inevitable nuestra Guerra Civil? Algunos historiadores opinan que sí, dado el grado de crispación social, desórdenes callejeros, radicalización ideológica, huelgas y enfrentamiento civil que se produjo tras las elecciones de febrero de 1936, que dieron la mayoría parlamentaria al Frente Popular. Sin embargo, nada está predeterminado en la historia y las cosas podrían haber sucedido de otro modo.

¿Y si no hubiera habido Guerra Civil en España?

 

Si José Calvo Sotelo, diputado monárquico y líder de la derecha conservadora española, no hubiera sido asesinado, Franco no se habría sumado al golpe.

Vacilante y dubitativo hasta ese 13 de julio, su incorporación al levantamiento armado que se fraguaba desde hacía meses resultó decisiva: contaba con la lealtad de las guarniciones de África y Canarias, donde era considerado un héroe de guerra; había dirigido la Academia General Militar de Zaragoza y había sido Jefe del Estado Mayor, lo que le confería predicamento para convencer a muchos compañeros de armas todavía indecisos. Sin el apoyo –y las tropas– de Franco, el golpe de Mola habría sido aplastado en pocos días por el gobierno de Casares Quiroga, como la Sanjurjada de agosto de 1932.

¿Y si no hubiera habido Guerra Civil en España?
Por otra parte, una vez producido el levantamiento militar, si José Giral –el nuevo presidente del Gobierno– no hubiera tomado la decisión de entregar armas a los sindicatos y partidosde izquierda, los grupos paramilitares incontrolados del Frente Popular y los revolucionarios anarquistas no habrían despojado a la República de su legitimidad ante la población y la opinión pública internacional. La autoridad de las fuerzas de seguridad republicanas fue puesta en entredicho por los desmanes de las milicias populares y durante las primeras semanas obstaculizó el liderazgo de la gente mejor preparada militarmente –oficialidad leal, guardia civil, guardia de asalto– para defender al gobierno legítimo y abortar el golpe.

CONSECUENCIAS DEL GOLPE

Con estas dos hipótesis contrafácticas, el golpe militar se habría producido, pero habría fracasado en poco tiempo. Y la guerra no habría tenido lugar.

¿Y después? La división interna del PSOE (prietistas frente a caballeristas) se habría resuelto a favor de los primeros.

La Falange habría pasado a la clandestinidad. Gil Robles volvería a ser el hombre fuerte de la derecha española. Y el PCE continuaría su andadura como partido minoritario, desprestigiado tras el pacto nazi-soviético de 1939.

El anarcosindicalismo permanecería pujante y la Iglesia habría mantenido su poder, aunque despojada de su influencia en la enseñanza.

A diferencia de lo ocurrido con el general Sanjurjo cuatro años antes, los juicios a los sublevados se sustanciarían

en penas de muerte de los principales responsables (Mola, Goded, Queipo de Llano...).

En el otoño-invierno de 1936, los estatutos vasco y gallego habrían sido aprobados en las Cortes. Los carlistas negociarían un Estatuto Navarro y aparecerían reivindicaciones autonomistas en otras regiones, pero los disturbios bajarían de intensidad. Eventualmente, serían ocupadas fincas y fábricas como medio de presión del anarcosindicalismo de la CNT. En pueblos de Cataluña y Aragón se proclamaría periódicamente el comunismo libertario.

CONTIENDA GLOBAL A LA VISTA

Se haría una purga de oficiales golpistas, bajo supervisión de militares leales.

Mientras tanto, la tensa situación internacional iría ocupando la atención de la opinión pública. Aunque España no se mojara, cada vez resultaría más evidente que una guerra mundial, otra, se avecinaba. Esta vez, nuestro país se aproximaría a las posiciones de Francia y Reino Unido como vía para frenar el expansionismo de Mussolini en el Mediterráneo y el norte de África. En marzo de 1938, Hitler se anexiona Austria. España, con su flota intacta, aumenta su actividad naval en el estrecho de Gibraltar y en las Baleares. En septiembre se firman los Acuerdos de Múnich, el intento de apaciguamiento de la Alemania nazi, y el resultado es la anexión de los Sudetes checoslovacos al Tercer Reich. A la reunión asiste el ministro de Asuntos Exteriores español, Justino de Azcárate.

El 1 de septiembre de 1939, la Wehrmacht invade Polonia. Inglaterra y Francia le declaran la guerra. España se mantiene neutral, pero envía trigo a una Inglaterra hambrienta. Tras la caída de Francia, en la primavera de 1940, Italia declara la guerra a España, que se une a los aliados y a su destino.

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