jueves, 29 de abril de 2021

Los Drakkars, los dragones del mar

Las embarcaciones vikingas, conocidas popularmente como DRAKKARS eran barcos que servían tanto para la guerra como para el transporte de mercancías. Su nombre procede de la palabra islandesa empleada para referirse a los DRAGONES , aunque a estos navíos, cuando eran de carga, también se los llamaba knars o karvs. Los drakkars eran largos y estrechos, de quilla plana y casco de tablones ensamblados con las juntas impermeabilizadas con brea. Eran propulsados por remos,  también contaban con una vela  cuadrada que en las travesías largas se izaba y  aprovechaba  la fuerza del viento

Los Drakkars, los dragones del mar

 

Los navíos conocidos como drakkars fueron el mayor exponente del poderío militar de los vikingos, que los consideraban su más valioso tesoro.Al tratarse de barcos muy ligeros, podían alcanzar velocidades de hasta catorce nudos.

Además de servir como medio de transporte, los drakkars se convirtieron en destacadas representaciones del arte del pueblo vikingo. La proa solía estar decorada con figuras zoomorfas como dragones y con bellos relieves. Los Drakkars tambien  se utilizaban como tumbas de los vikingos de más alto rango, algunos eran colocados bajo un montículo donde se ponia  el ajuar funerario del difunto. Las excavaciones arqueológicas de estas tumbas  han aportado un valioso conocimientos sobre la culturade los hombres del norte.

Para un pueblo de navegantes, los navíos eran la mayor de las riquezas. Los hombres del Norte usaban muchas embarcaciones, pero ninguna resulta tan icónica como los langskip, los barcos largos, inmortalizados por el cine o los cómics.

Los Drakkars, los dragones del mar

 

Los snekker (serpiente) eran los más utilizados, buques de líneas limpias y elegantes, de hasta 20 m de longitud, para 25 o 30 hombres. La construcción era sencilla: una quilla larga y sólida, bien acostillada, y sobre las costillas las planchas de roble, formando cada una un tejadillo sobre la inferior, lo que daba como resultado una estructura flexible y resistente. Como remate del casco trincado, un mascarón de proa tallado con una cabeza de serpiente o de dragón, lo que a la larga daría nombre a estos barcos (drakkar), si bien los dragones serían sólo los grandes barcos ceremoniales de hasta 30 m de eslora y más de 40 remos.

Con apenas medio metro de calado, los drakkars, estas veloces naves no necesitaban un puerto para tomar tierra, pudiendo llegar apenas a un metro de la playa o incluso reposar sobre ella, pues no era raro que los marinos remaran hasta la arena para pasar la noche. Su ligereza era, además, una baza muy importante en las expediciones. Los asaltantes no sólo asolaban el litoral: bastaba encontrar un curso fluvial para remar tierra adentro y alcanzar pueblos y ciudades que, alejados de la costa, no esperaban un ataque desde el mar. Como Sevilla, donde se levantaron muros y torres como defensa contra los invasores que llegaban por el Guadalquivir. Y, de ser necesario, el drakar podía llevarse a hombros. Así, los vikingos alcanzaban el mar Negro y remontaban el Danubio; salían a tierra cargando su nave y buscaban otros cauces que los llevaran hacia el mar del Norte. Después, remando incansables o, si el viento era favorable, alzando la gran vela cuadrada y dejándose llevar, navegaban con rumbo a su hogar.

miércoles, 28 de abril de 2021

Alfonso I el Batallador

ALFONSO I, un rey con espíritu guerrero se ganó a pulso el sobrenombre de “EL BATALLADOR”. Luchador incansable contra Al-Ándalus (la zona de ocupación musulmana) e impregnado del espíritu de las Cruzadas, a sus conquistas se debe gran parte del territorio aragonés. Figura clave en la reconquista cristiana de la península Ibérica, el rey de Aragón (1073-1134) demostró sus dotes de guerrero, pues salió victorioso de más de 20 batallas.

Fue un gran militar y un gran político. Expandió los límites del reino de Aragón por sus combates y su matrimonio con la princesa Urraca, que lo convirtió también en soberano de Pamplona y de Castilla y León. Aunque ni su relación con Urraca fue buena ni la nobleza castellana lo aceptó.

Alfonso I el Batallador
 

Pese a todo, Alfonso I El batallador, dejó huella. Tanto, que por su peculiar personalidad y por su implicación en las Cruzadas ha sido comparado con Ricardo Corazón de León. Como éste, resultó polémico.

Si bien para las fuentes cristianas no había nadie con mayor habilidad en las armas, las crónicas de sus enemigos lo tildan de tirano. Y, como Ricardo, no parecía tener interés por las mujeres.

Adiestrado en las armas, con 21 años se implicó en las campañas de conquista de su hermanastro Pedro, a quien letocó heredar el trono por ser el hijo mayor de Sancho I, fruto del primer matrimonio de éste con la catalana Isabel de Urgell. Alfonso era hijo del segundo matrimonio, con Felicia de Roucy. Ya entonces mostró su valentía y se impregnó del espíritu de lucha contra el islam que imbuía a Europa. Aunque había musulmanes en la misma Península, sentía deseos de viajar a Jerusalén.

Pero su sueño se truncó en 1104, al morir Pedro: su hermano pequeño, Ramiro, había tomado los hábitos religiosos, así que le tocaba a él sustituirlo.

Prosiguió la política de conquistas y alianzas con otros Estados cristianos. Tras pacificar las revueltas nobiliarias en Pamplona, llegaría su gran hazaña: la conquista del valle del Ebro (que incluyó Zaragoza).

Fundación de órdenes militares

Fiel a su espíritu de cruzado e imitando a los defensores de Tierra Santa, Alfonso I, creó dos órdenes militares: Belchite y Monreal del Campo, predecesoras de otras famosas órdenes medievales españolas.

Como paladín de la cristiandad necesitaba más retos y su siguiente objetivo fue más ambicioso: liberar a los mozárabes (cristianos en Al-Ándalus) de Granada de los almorávides. Aunque no lo logró, volvió con muchos mozárabes que ayudaron a repoblar Aragón.

En 1131, con casi 60 años, dictó su polémico testamento: cedía el reino a las órdenes militares de Tierra Santa. Dos años después, aún preparó otra expedición: llegar al Delta del Ebro, la ansiada salida de Aragón al Mediterráneo. La campaña prometía, pero durante el sitio de Fraga los almorávides masacraron al ejército cristiano y el rey escapó de milagro. Murió poco después, sin haber perdido su espíritu guerrero y sin descendencia.

Su testamento desató una grave crisis política, poniéndoles las cosas difíciles a sus sucesores. Pero Alfonso I “El batallador” había abierto la puerta para que remataran la conquista del Ebro. Su hermano hubo de tomar las riendas, como Ramiro II, y logró la unión dinástica con el condado de Barcelona debido al matrimonio de su hija Petronila con Ramón Berenguer IV.

Arrancaba así la Corona de Aragón, que no hubiera sido posible sin los primeros pasos de Alfonso. Otro gran monarca,

Jaime I el Conquistador, se encargaría de hacer realidad el objetivo de aquél: conquistar Valencia y Baleares. Sin “el Batallador” ni la Edad Media hispana se entendería ni la Corona de Aragón hubiera sido como fue.

SU GRAN OBJETIVO FUE TOMAR ZARAGOZA.

A principios del siglo XII, Zaragoza era la tercera ciudad de Al-Ándalus (tras Córdoba y Sevilla), un poderoso centro económico donde vivían 20,000 personas y un punto esencial en las comunicaciones.
Alfonso sabía que sería una excelente base para seguir sus campañas y que, para conquistarla, necesitaba aliados. Los halló en el sur de Francia, desde donde el vizconde Gastón IV de Béarn y otros caballeros acudieron en su ayuda.
El ejército se organizó en dos frentes. Alfonso iba a la cabeza del primero, con los nobles aragoneses y navarros. En el segundo iban los cruzados. El 4 de junio de 1118, los hombres de “el Batallador” llegaron a la ciudad y optaron por rendir la urbe por hambre. En diciembre, Zaragoza se rindió tras perder a su líder, Ibn Mazdali. La victoria tuvo un enorme eco en toda la cristiandad. El Valle del Ebropor fin pertenecía a Aragón y Alfonso tenía la ciudad que terminaría siendo capital del reino

martes, 27 de abril de 2021

Mussolini y los camisas negras

Tras la Primera Guerra Mundial los gobiernos liberales-democráticos de Europa entraron en una profunda crisis de legitimidad debido a su incompetencia para resolver las graves consecuencias económicas y sociales que el conflicto armado había dejado. La población, afectada por el hambre y la pobreza, estaba tan resentida contra el Estado que ya no creía en él y empezó a simpatizar con otras ideologías. En Italia Benito Mussolini, quien había sido expulsado de las filas socialistas, aprovechó ese desencanto colectivo y la debilidad del gobierno para instaurar el fascismo que más tarde inspiraría a Hitler.

Mussolini y los camisas negras

LA LLEGADA DE LOS CAMISAS NEGRAS

Desilusionados del gobierno, y siguiendo el ejemplo de la Revolución Rusa, los obreros empezaron a organizarse, y las movilizaciones fueron creciendo a pasos agigantados, principalmente en el norte de Italia: en 1919 hubo 1,871 huelgas y al año siguiente el número llegó a las 2,000. Se estaba armando una verdadera revolución comunista, cuya victoria parecía inminente.

Sin embargo, sería frenada por Mussolini y sus “camisas negras”. Fue en ese periodo de agitación social, conocido como el biennio rosso (bienio rojo), cuando el futuro dictador pasó de las palabras a la acción. Mussolini publicó en el periódico Il Popolo d’Italia, del que era dueño, una convocatoria para crear un nuevo movimiento político. El 23 de marzo de 1919, en un acto celebrado en la plaza del Santo Sepulcro de Milán, al que asistieron apenas 119 personas, se crearon los Fasci italiani di combattimento, integrados por excombatientes de la Primera Guerra Mundial, anarquistas, futuristas y ex socialistas.

Pronto crecieron sus filas e irrumpieron en el escenario nacional organizados en escuadras: brigadas de asalto o grupos de paramilitares cuyo objetivo principal era combatir la actividad de los comunistas, acabar las revueltas obreras y campesinas, y mermar cualquier opositor a su ideología.

Uniformados con camisas negras, todos los días llevaban a cabo expediciones punitivas, sobre todo en el norte y centro del país. Crearon una verdadera situación de guerra civil, y lo peor fue que los asesinatos que cometían quedaban impunes debido a que eran tolerados por el Estado.

Escalada al poder

En junio de 1920 el primer ministro, Francesco Saverio Nitti, fue destituido al ser incapaz de apagar el creciente descontento social. Su lugar fue ocupado por Giovanni Giolitti, quien consciente del peligro que la burguesía corría, decidió utilizar a los fascistas como fuerzas de choque contra los socialistas revolucionarios. Así el movimiento de Mussolini ganó poder y empezó a legitimar su presencia.

Los Fasci no sólo actuaban con la complacencia del gobierno, sino también de los terratenientes, los dueños de las fábricas y en general de toda la burguesía, el ejército.

la realidad era que los escuadristas y LOS CAMISAS NEGRAS, estaban deteniendo la amenaza de la revolución soviética y frenando a la izquierda. También empezaron a ganarse la simpatía de muchos ciudadanos, cada vez más desilusionados de su gobierno y quienes veían en esta nueva ideología la esperanza de engrandecer otra vez a Italia.

El movimiento fascista siguió creciendo rápidamente y ya contaba con 30,000 afiliados y a finales de 1921 las cifras llegaron a los 250,000.

Mussolini vio la oportunidad de convertirlo en una fuerza política con el propósito de ganarse el apoyo de las masas y llegar al poder. A finales de 1920 participaron en las elecciones parlamentarias, en las que ganaron 35 diputaciones, pero fue hasta octubre de 1921 cuando Mussolini fundó oficialmente el Partido Nacional Fascista.

Mussolini llevaría a cabo su plan para forzar su entrada al gobierno. A comienzos del mes miles de camisas negras ocuparon los territorios del Fiume y del Trentino; y tras estas manifestaciones vinieron más en las principales ciudades de Italia. Sin embargo fue hasta el día 24 cuando Mussolini decidió marchar sobre Roma. El 27 cerca de 40,000 fascistas se dirigieron a la capital italiana armados con rifles, bayonetas y bates de beisbol.

El día 29 los fascistas entraron a Roma tranquilamente, sin la oposición del ejército ni la policía. El fascismo de la mano de MUSSOLINI se había apoderado de Italia y permanecería ahí 20 años.

lunes, 26 de abril de 2021

Las valkirias, guerreras al servicio de Odín

la ciencia, nos dice que las auroras boreales dón  un fenómeno que se produce por  producto de la interacción del viento solar con la magnetósfera de la Tierra. Según la mitología nórdica, se trata de la “extraña luz” que proyecta el brillante armamento de las valkirias, guerreras al servicio de Odín

LAS VALKIRIAS, montadas sobre corceles o con alas de cisne, estas entidades femeninas recorren los campos de batalla nórdicos en busca de los mejores combatientes para la guerra del fin del mundo.

Las valkirias, guerreras al servicio de Odín

Los Poderes sobrenaturales de las valkirias

Lideradas por la diosa Freyja, las valkirias eran enviadas a la guerra por Odín para decidir y pronosticar  victorias y derrotas.

Su misión consistía en recorrer todos los campos de batalla para determinar qué guerreros debían caer heroicamente en combate, y seleccionar a los mejores guerreros para llevarlos  al Valhalla. Éste era el palacio consagrado a los héroes elegidos (einherjers) que formarían parte del ejército  comandado por el dios principal  ODIN para participar en la guerra de todas las guerras  “ el combate del fin del mundo”, el Ragnarök.

El Valhalla estaba cubierto  por un enorme bosque con árboles de hojas de oro,  amplios salones llenos de trofeos y contaba con infinidad de  puertas (algunas fuentes refieren la cifra de 540). Por el día, servían para el entrenamiento , deporte y batallas entre sus las almas integrantes del valhalla y por la noche se efectuaban enormes fiestas en las cuales los gerreros  comían carne de jabalí y bebían aguamiel, todo esto servido  por las valkirias, que vivian  en la Vingólf, otra morada para las divinidades, contigua al Valhalla.

Algunas versiones del mito describen a las valkirias como horribles demonios de la guerra que estan  cubiertos de sangre; otras como hermosas y virginales  doncellas que han sido entrenadas para la guerra  pero también para curar  heridas en los guerreros y también para  complacerlos.

Otras leyendas  les dan el carácter de diosas  inmortales, hijas de Odín; otras el de mujeres mortales con poderes sobrenaturales  que llevaban a cabo sacrificios rituales en su honor e incluso decidían la vida, muerte y destino no sólo de todos los guerreros sino también del resto de los humanos. Otras leyendas describen a las valkirias como vigilantes de los barcos vikingos a los que custodiaban y protegían, en caso de que murieran, ya fuera a consecuencia de un naufragio o de un combate en altamar, eran rescatados de en medio del océano o de la costa a la cual llegaran sus cuerpos.

Según algunas representaciones, las valkirias eran mujeres que montaban caballos alados blancos y vestidas por  deslumbrantes corazas  escudos y lanzas, otras veces  a veces les representaba con alas en el casco y no en el corcel. Incluso en algunos casos éste era sustituido por un feroz lobo, y en otros, la valkirias se encarnaban en  cuervos, aludiendo a su labor carroñeraal terminar una batalla.