martes, 27 de abril de 2021

Mussolini y los camisas negras

Tras la Primera Guerra Mundial los gobiernos liberales-democráticos de Europa entraron en una profunda crisis de legitimidad debido a su incompetencia para resolver las graves consecuencias económicas y sociales que el conflicto armado había dejado. La población, afectada por el hambre y la pobreza, estaba tan resentida contra el Estado que ya no creía en él y empezó a simpatizar con otras ideologías. En Italia Benito Mussolini, quien había sido expulsado de las filas socialistas, aprovechó ese desencanto colectivo y la debilidad del gobierno para instaurar el fascismo que más tarde inspiraría a Hitler.

Mussolini y los camisas negras

LA LLEGADA DE LOS CAMISAS NEGRAS

Desilusionados del gobierno, y siguiendo el ejemplo de la Revolución Rusa, los obreros empezaron a organizarse, y las movilizaciones fueron creciendo a pasos agigantados, principalmente en el norte de Italia: en 1919 hubo 1,871 huelgas y al año siguiente el número llegó a las 2,000. Se estaba armando una verdadera revolución comunista, cuya victoria parecía inminente.

Sin embargo, sería frenada por Mussolini y sus “camisas negras”. Fue en ese periodo de agitación social, conocido como el biennio rosso (bienio rojo), cuando el futuro dictador pasó de las palabras a la acción. Mussolini publicó en el periódico Il Popolo d’Italia, del que era dueño, una convocatoria para crear un nuevo movimiento político. El 23 de marzo de 1919, en un acto celebrado en la plaza del Santo Sepulcro de Milán, al que asistieron apenas 119 personas, se crearon los Fasci italiani di combattimento, integrados por excombatientes de la Primera Guerra Mundial, anarquistas, futuristas y ex socialistas.

Pronto crecieron sus filas e irrumpieron en el escenario nacional organizados en escuadras: brigadas de asalto o grupos de paramilitares cuyo objetivo principal era combatir la actividad de los comunistas, acabar las revueltas obreras y campesinas, y mermar cualquier opositor a su ideología.

Uniformados con camisas negras, todos los días llevaban a cabo expediciones punitivas, sobre todo en el norte y centro del país. Crearon una verdadera situación de guerra civil, y lo peor fue que los asesinatos que cometían quedaban impunes debido a que eran tolerados por el Estado.

Escalada al poder

En junio de 1920 el primer ministro, Francesco Saverio Nitti, fue destituido al ser incapaz de apagar el creciente descontento social. Su lugar fue ocupado por Giovanni Giolitti, quien consciente del peligro que la burguesía corría, decidió utilizar a los fascistas como fuerzas de choque contra los socialistas revolucionarios. Así el movimiento de Mussolini ganó poder y empezó a legitimar su presencia.

Los Fasci no sólo actuaban con la complacencia del gobierno, sino también de los terratenientes, los dueños de las fábricas y en general de toda la burguesía, el ejército.

la realidad era que los escuadristas y LOS CAMISAS NEGRAS, estaban deteniendo la amenaza de la revolución soviética y frenando a la izquierda. También empezaron a ganarse la simpatía de muchos ciudadanos, cada vez más desilusionados de su gobierno y quienes veían en esta nueva ideología la esperanza de engrandecer otra vez a Italia.

El movimiento fascista siguió creciendo rápidamente y ya contaba con 30,000 afiliados y a finales de 1921 las cifras llegaron a los 250,000.

Mussolini vio la oportunidad de convertirlo en una fuerza política con el propósito de ganarse el apoyo de las masas y llegar al poder. A finales de 1920 participaron en las elecciones parlamentarias, en las que ganaron 35 diputaciones, pero fue hasta octubre de 1921 cuando Mussolini fundó oficialmente el Partido Nacional Fascista.

Mussolini llevaría a cabo su plan para forzar su entrada al gobierno. A comienzos del mes miles de camisas negras ocuparon los territorios del Fiume y del Trentino; y tras estas manifestaciones vinieron más en las principales ciudades de Italia. Sin embargo fue hasta el día 24 cuando Mussolini decidió marchar sobre Roma. El 27 cerca de 40,000 fascistas se dirigieron a la capital italiana armados con rifles, bayonetas y bates de beisbol.

El día 29 los fascistas entraron a Roma tranquilamente, sin la oposición del ejército ni la policía. El fascismo de la mano de MUSSOLINI se había apoderado de Italia y permanecería ahí 20 años.

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