El
ejército fue la pieza clave de la expansión del imperio romano. las
legiones, su elemento fundamental, se fueron configurando desde
tiempos de la monarquía (753-509 a. C.), convirtiéndose en la
maquinaria militar perfecta que permitió llevar el poder de roma a
su máxima extensión.
Surgimiento
y expansión del dominio romano
Durante el periodo monárquico, roma apenas traspasó los límites del ámbito latino. la expansión
del dominio romano en toda la Península itálica en torno al 275 a.
C. desembocó en un enfrentamiento directo con Cartago por el control
marítimo. la primera guerra púnica, conflicto entre ambas
potencias, supuso para roma la anexión de sicilia, Cerdeña y
Córcega (241 a. C.). el pago de las elevadas indemnizaciones de
guerra exigidas a Cartago hizo reaccionar a esta potencia que comenzó
a crear un auténtico imperio territorial en el sur y el este de la
Península ibérica, regiones que cayeron en manos de roma
después de la segunda guerra púnica (219- 202 a. C.).

La tercera
guerra púnica y la destrucción de Cartago (146 a. C.) significó la
desaparición definitiva de su rival y la creación de la provincia
romana de áfrica. a lo largo del siglo II a. C., los éxitos en la
política exterior se vieron acompañados por una profunda crisis
social, al empeorar la situación de las clases humildes. esta
inestabilidad derivó en continuas guerras civiles. desde el año 27
a. C., conservando aparentemente las formas republicanas, el poder
militar, político y buena parte del financiero están en manos de
Octavio, que recibe el título de augusto, inaugurando un nuevo
régimen de corte monárquico que se suele denominar Principado. la
política de augusto pretendió estabilizar las fronteras del
imperio, cimentada sobre la base de la creación de un ejército, una
imponente maquinaria de guerra, que permitió conquistar nuevos
territorios. es en este momento cuando culmina la ocupación del
norte de Hispania, el interior de Asia menor y toda la franja
fronteriza de la Europa central y occidental, fijando la frontera en
la línea natural del rin y el Danubio, protegida mediante el
establecimiento de tropas y la construcción de obras defensivas, el
llamado limes o frontera. los sucesores de augusto continúan
ampliando los dominios de roma hasta que, en tiempos de Adriano, la
expansión implica un coste económico tan elevado que obliga a
desguarnecer amplias zonas fronterizas. en este periodo, los
esfuerzos se concentran en defender los más de 9000 km de frontera,
a lo largo de las cuales se estacionarán 28 legiones, sin contar las
tropas auxiliares. la concentración de fuerzas fue aumentando con el
tiempo hasta alcanzar las 35 legiones a comienzos del siglo III d.
C., lo que supone unos 225.000 soldados romanos. esto comportaba una
carga económica que las arcas del imperio no podían sostener
durante demasiado tiempo, como demuestra la profunda crisis que, a
mediados del siglo III d. C., sacudió el imperio, transformándolo
radicalmente.
Una maquinaria de guerra perfecta: El ejército
romano
El ejército romano evolucionó considerablemente a lo
largo del proceso que convirtió a roma en la dueña del
mediterráneo. a lo largo de toda su historia, fueron rasgos
característicos del ejército romano su férrea disciplina y su
capacidad de maniobra y recuperación. una cuidada
administración y el trabajo y entrenamiento continuo permitieron que
pudiera sobrevivir en condiciones muy adversas. la milicia
originaria, en las frecuentes luchas que debían enfrentar esta
comunidad con las poblaciones vecinas, estaba formada por
aristócratas guerreros. el ejército estaba compuesto por 3000
infantes y 300 jinetes, reclutados entre las 30 curias en que se
organizaba la ciudad. el armamento lo aportaba el soldado, no la
ciudad, de ahí que los infantes se diferenciaran según su fortuna:
los mejor equipados eran los ricos. sin embargo, en época
republicana, conforme la ciudad crecía en riqueza y población, la
obligación de servir como soldado se extendió a todo hombre adulto
ciudadano capaz de proveerse del equipo necesario en servicio de la
comunidad. estos hombres luchaban cuando así era necesario y
luego retornaban a sus hogares y actividades cotidianas. la
fortaleza de las legiones y su flexibilidad táctica hicieron el
ejército romano muy superior a cualquier otro de la época.
Los
continuos enfrentamientos con Cartago y con los reinos helenísticos,
además de impulsar numerosas reformas tácticas y operativas que
aumentaron el rendimiento del ejército, suponían una presión
creciente sobre los ciudadanos, lo que obligó a abandonar el sistema
de reclutamiento obligatorio por el ejército profesional, alistado
entre los ciudadanos más pobres, que cobraban un salario, y con
oficiales que procedían de las clases superiores, senatorial y
ecuestre. El servicio militar se convirtió así en una carrera que
duraba casi toda la vida en unidades permanentes. se atribuye a
Mario esta reforma, que habría tenido lugar a finales del siglo
II o primeras décadas del I a.C.
 |
Milecastle (puesto fronterizo) nº 39 de Muro de adriano (Inglaterra) |
Bajo augusto, el ejército se
convierte en una institución permanente y profesional. el princeps
disminuye los elevadísimos contingentes militares generados por las
luchas del periodo tardo-republicano, licenciando 50 legiones,
creando colonias y repartiendo tierras a los veteranos. el
reclutamiento quedó restringido a los ciudadanos romanos e itálicos,
o a ciudadanos romanos de las provincias, fieles a los nuevos
valores del Principado.
El número de legiones queda fijado en 28, a
las que se añaden las tropas auxiliares (auxilia), divididas en
unidades de infantería (cohortes) y caballería (alae), componiendo
una fuerza de entre 300.000 y 350.000 hombres. el licenciamiento se
producía tras 20 años de servicio, durante los cuales los soldados
no podían casarse, por lo que sus hijos eran ilegítimos. la lealtad
a las insignias de la unidad y el juramento al emperador eran
símbolos de que el individuo se integraba en una vasta maquinaria
que cuidaría de él en todo, pero también podía exigirle. el
estado pagaba un salario al soldado y se le proporcionaba asistencia
médica, aunque se le descontaba parte por los gastos de
alimentación, vestido y calzado.
Con posterioridad a su
licenciamiento, los soldados recibían una cantidad en metálico y,
para muchos, sirvió como medio de promoción, ya que después de
prestar servicio, se obtenía la ciudadanía romana.